El azabache es una variedad de carbón con unas características singulares. Es compacto, brillante con una rotura concoidea y muy frágil. Se forma a partir de la transformación de troncos fósiles alterados por la presión y la temperatura. Posiblemente el azabache más conocido mundialmente es el de Asturias donde se encontró cuentas de collares de este material en niveles arqueológicos de hace más de 10.000 años. El azabache de Asturias se recupera en rocas del Jurásico que aflora en la llamada Costa de dinosaurios, famosa por sus yacimientos de pisadas de dinosaurios. En estos mismos niveles geológicos es donde se encuentran los troncos fósiles transformados en azabache. El azabache asturiano se ha usado y se usa en joyería para fabricar pequeñas piezas talladas y pulidas. La costa jurásica asturiana ha sido la principal fuente de azabache de España durante siglos, además no hay que olvidar que las piezas fabricadas este material se las ha considerado como magníficos amuletos. Especialmente lo conocían los peregrinos del camino de Santiago, muchos de ellos tenían su pequeña talla de azabache entre sus pocas pertenencias.

La extracción de azabache provocaba conflictos. Transcribimos uno de ellos que cuenta Ona en su artículo “El 6 de abril de 1758, por auto definitivo, se proveyó que las minas del Barranco Malo pertenecían a la villa de Montalbán, como todas las demás de su término y jurisdicción 23. Pero los mineros de Palomar seguían sacando azabache sin autorización, tanto en el Barranco Malo como en otras partidas, y el ayuntamiento de Montalbán enviaba a sus guardas con orden de apenar a los infractores. Los mineros, en estas circunstancias, desarrollaron estrategias de vigilancia y ocultación, cuando no acudían a las amenazas”. El conflicto del azabache fue creciendo cuando en 1760 diversos particulares de Escucha, Palomar y Utrillas reclamaron la propiedad de las minas que se encontraban en sus localidades. En general, la extracción era iniciativa de los mineros, que hacían prospecciones en los lugares que pensaban adecuados. Si eran terrenos privados pactaban con el agricultor dueño de la tierra una compensación en el caso de encontrar azabache explotable. El conflicto acabo en 1770 cuando el fiscal apuntó que no se había presentado licencia real, ni se había justificado los pretendidos derechos de Montalbán sobre el azabache de todas las localidades limítrofes. A pesar de las alegaciones del Ayuntamiento de Montalbán, el 19 de diciembre de 1780 se declaró haber lugar las pretensiones de los dueños particulares.
Bibliografía

Ona González, J.L. 1998. Noticia de la extracción y elaboración del azabache en la villa y tierra de Montalbán. Artigrama, 13, 427-435.