El oro nativo es un mineral elemento que se conoce desde la edad del Neolítico, al menos. Cristaliza en el sistema cúbico con tiene un color amarillo característico y brillo metálico. Tiene una amplia distribución a nivel mundial, pero siempre en cantidades muy pequeñas. Se ha usado tradicionalmente en joyería por su belleza, fácil manejo y su resistencia a la alteración. En la actualidad también se usa en electrónica y en medicina.
HISTORIA
Calvo (2008) apunta que autores romanos como el bilbilitano Marcial escribieron sobre la presencia de minas de oro en Bilbilis (Calatayud). Se trata de una referencia que se ha ido repitiendo, pero sin evidencias de la presencia de oro. Para algunos autores podrían indicios pueden ser pequeños indicios que nunca más se han vuelto a encontrar, e incluso que los ríos Jalón y Ribota pudieran contener pepitas. Se trata de meras especulaciones sin ninguna evidencia geológica
En la documentación del siglo XIX se citan enigmáticas minas de oro en diferentes puntos del norte de la provincia de Huesca. Un ejemplo son las minas de oro, plata y plomo de Ornet (Ornete), citadas por Gallardo en 1808 y Cancelada en 1831. El topónimo se ha relacionado con algún lugar cerca de Jaca, como la Peña Oroel, pero aparte de las referencias no se conoce nada más. Algo parecido sucede con otras citas de estos autores en Acher (Valle de Hecho) y un “barranco de los Moros” cerca de Francia, pero no son las únicas. Así, José Víu y Moréu, natural de Torla en 1832 cita entre otros minerales, oro en Bujaruelo. También es famosa en el Sobrarbe desde el siglo XIX, la conocida como la mina de oro de Cotiella. De hecho, los lugareños afirmaban lo sospechoso que cuando la gente iba a trabajar a la mina, no volvían. Pensaban que se hacían ricos y no necesitaban trabajar, por tanto, debían extraer oro. Seguramente no volvían por lo duro y poco rentable que era trabajar en esas minas. El gran naturalista oscence Lucas Mallada ya apunto que se trataba de minas de calcopirita, un mineral amarillo con un cierto parecido externo al oro. En este sentido “Algunos nódulos y vetillas de pirita arsenical enclavados en las calizas de Cotiella y el Turbón se tomaron como ricos indicios de criaderos de oro y plata por las gentes del país, y motivaron excavaciones hoy completamente en abandono. Las fábulas inventadas en la comarca sobre esta materia nos apartarían del asunto más de lo que es menester” (Villaroel et al., 2017).
DÓNDE ESTÁ EN ARAGÓN
El oro de manera muy escasa y anecdótica se ha encontrado en Aragón. Así, a nivel microscópico se ha encontrado en la mina Joaquina en Loscos, Teruel (López Ciriano, et al., 1997).
En Huesca es donde mayores evidencias de presencia de oro se han encontrado. En el siglo XX Ferrando cita en 1905 un cristal de cuarzo con pequeñas incrustaciones de oro visibles a simple vista, que podría provenir de Sallent de Gállego. No podemos olvidarnos de la cita de los Millares, donde existe la historia tradicional de que “un alemán” recuperó una cierta cantidad de oro a principios del siglo XX en el valle de Chistau. Además, en forma de trazas se ha descrito en un estudio mineralógico del siglo XX en el Barranco de Chiniprí en Canal Roya, valle bien conocido en los últimos meses por el interés de instalar una conexión entre las pistas de esquí de Formigal y Astún con gran rechazo de la sociedad.
El Aurín es un río de dirección Norte-Sur que nace en las Sierras exteriores y desemboca en el Gállego, cerca de Sabiñánigo (en la foto, cabecera del río Aurín cerca del ibón de Bicuesa). Es un nombre que no pasa desapercibido por su similitud a los adjetivos asociados al oro, al derivar del usado para este elemento en latín (aurum). Es habitual que los ríos con pepitas de oro, o incluso en los que existe la tradición de haberse obtenido algo de oro antiguamente (como apunta Miguel Calvo, 2008) tengan nombres similares en otras partes del mundo. Por tanto, es buen candidato para buscar evidencias de oro en sus arenas. El río Aurín solo drena rocas calizas y del flysch del Cretácico-Eoceno, poco apropiadas para tener oro. Cabe la posibilidad que su nombre no tenga nada que ver con la supuesta presencia de oro y sea una mera convergencia. Un dato más que aficionados han bateado sus orillas y supuestamente han encontrado diminutas partículas de oro. En este punto cabe recordar que hay placeres de oro en el Pirineo aragonés.
Alejando Lorenzo nos ha recordado que en los ríos Cinca, Ésera y Noguera Ribagorzana se encuentra 1 partícula de oro por cada 10 litros de tierra de sus lechos, demostrando así la presencia de yacimientos auríferos tipo placer en el Pirineo. Aunque esta cantidad es muy baja incluso para los buscadores de oro aficionados (Viladevall et al., 1991). Estos autores proponen como posible procedencia de este oro detrítico los microconglomerados del techo del Ordovícico-Silúrico basal, las mineralizaciones estratiformes y filonianas de diversos metales encajados en rocas del Ordovícico Superior y yacimientos metamórficos de tipo “skarns”. Un ejemplo de un “skarn” con presencia de oro es el descrito por Subías et al (2007) en las inmediaciones del ibón de Respomuso (Sallent de Gállego, Huesca). Se encuentra en el contacto de los granitos del Macizo de Cauterets y las calizas devónicas que afloran en la zona. Este “skarn” contiene trazas de metales como wolframio, bismuto, cobre y oro en cantidades relativamente altas. Sin embargo, nadie debería hacerse ilusiones con encontrar una pepita de oro aquí. Alejandro nos comenta que el oro del “skarn” de Respomuso es un caso de oro invisible, es decir, oro que no se observa al microscopio y mucho menos a simple vista.
También en el valle de Benasque tenemos referencia al oro pirenaico. En la década de los 1940, una empresa química de Zaragoza obtuvo unos kilogramos de oro como subproducto de su proceso industrial en una mina de piritas cercana a Cerler. Eran pequeñas cantidades, pero se trata de la única cita fiable de extracción de oro en cierta cantidad en el Pirineo oscense. Como última curiosidad, parece existir pequeñas cantidades de oro en el granito del pico de la Madaleta, según investigaciones que se hicieron eco los periódicos en verano de 1989. En cualquier caso, las concentraciones son tan escasas que carecen de interés económico (Calvo, 2003). La tarjeta postal que ilustra este texto es de Aneto y reza: “Aneto y minas de oro”. Parece que era una manera de atraer a visitantes potenciales al valle, aunque como hemos visto difícilmente iban a encontrar el precioso elemento.
REFERENCIAS
Referencia y textos
Calvo Rebollar, M. 2003. Minerales y Minas de España. Vol. 1. Elementos, 217pp
Calvo Rebollar, M. 2008. Minerales de Aragón. Prames, 463pp
López Ciriano, A. Yuste, A., Fernández Nieto, C. 1997. Aspectos estructurales y mineralógicos de los filones polimetálicos de Loscos (norte de Teruel, Cadena Ibérica Oriental). Boletín de la Sociedad Española de Mineralogía, 20, 89-114.
Subías, I., Fanlo, I., Mateo, E., Biel, C. 2007. El skarn de W-Au del entorno del Ibón de Respomuso (Sallent de Gállego, Pirineo oscense). En: Algunas cuestiones de ciencia: libro homenaje al profesor Manuel Quintanilla (Atencia, J. y Quintanilla, M., eds.). Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza, 637-645.
Viladevall, M., Camacho, G., Marturia, J., Ponce, J.M. 1991. Los placeres auríferos de la llanura aluvial del Río Segre y Delta del río Ebro (NE de la Península Ibérica). Gisements alluviaux d'or, La Paz, 187-215.
Villaroel, J.L., Viñals, V., Rausa, J.A., Pereira da Silva, P.S., Martín-Ramos, P., Manso, J.A., Lapuente, P., Cuchi, J.A. 2017. La mina Felicidad (Valle de Bardají, Ribagorza). Lucas Mallada, 18, 51-67.
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