Andalucita (var. quiastolita) en pizarras. Barranco del Clot, Montanuy, Huesca. Área fotografiada 5,5 cm. Foto y colección de Miguel Calvo

La andalucita es un silicato de aluminio, que por su dureza se puede usar como gema. Es habitual en muchas rocas metamórficas, pero no es habitual que cristalice. La mayor parte de la andalucita que se explota en el mundo se usa para producir materiales refractarios para industrias de diferentes tipos. La andalucita es capaz de mantenerse inalterada aunque se la someta a grandes temperaturas

 

HISTORIA

Algunos cristales de andalucita presentan en su interior unas inclusiones carbonosas de distribución simétrica. Se trata de cuatro cristales prismáticos paralelos que, cortados en sección, forman una cruz característica. Estos ejemplares se conocen con el nombre de quiastolita (o chiastolita) del nombre de la letra griega chi. La quiastolita se ha definido como una variedad de andalucita. Debido a esta peculiaridad, hasta finales del siglo XVI los peregrinos del Camino de Santiago la utilizaron como amuleto. La conocían como lapis crucifer, es decir, "piedra cruz" o "piedra de la cruz". La quiastolita, aunque opaca, se pule a veces en cabujón aprovechando la inclusión en forma de cruz (Wikipedia).

DÓNDE ESTÁ EN ARAGÓN

La quiastolita en Aragón se encuentra en las aureolas metamórficas producidas por las intrusiones graníticas de los macizos de Panticosa y Cauteretes, que pueden llegar a tener cientos de metros. También están como enclaves dentro de los macizos. Son de pequeño tamaño, y raramente alcanzan unos pocos milímetros. Calvo (2008) hace una recopilación de los principales lugares. Así se pueden observar en las pizarras de la Majada de Morales al SW del ibón de Respumoso y también en las pizarras de la parte alta del valle del rio Aguas Limpias en Sallent de Gállego. También las cita en pizarras situadas entre el balneario de Benasque y Peñas Blancas. Más al oeste, cerca del límite con Cataluña se han encontrado en un pizarra negra que aflora en el barranco de Clot, llegando a ser muy abundantes, dando un aspecto particular a la roca. En esta misma zona las cita al norte del puente sobre el arroyo de la Font Blanca de Riueño (Montanuy). Charpentier (1823) señala además la presencia de abundantes cristales de quiastolita en pizarras en la ladera S del puerto de la Pez. También indica que en las pizarras que afloran en la garganta que conduce desde Gistaín hacia ese puerto se encuentran cristales de quiastolita de hasta 8 pulgadas de largo y 10 líneas de grueso, pero que su fracturación hace que sea imposible extraerlos completos.” Este mismo autor, indica la presencia de cristales de quiastolita en pizarras en el camino entre Bielsa y la antigua mina de hierro explotada en la montaña de Mener, a una distancia de “una hora” antes de llegar a ella. En la misma cita la presencia de bloques sueltos de quiastolitas, en la montaña de “Parletto”. Suponemos que es una mala transcripción del nombre de Barleto, en el entorno de Bielsa.

Fuera de los Pirineos, Calvo (2008) cita la presencia de quiastolita de hasta 1 cm de longitud en la rambla de Valdemiedes (Zaragoza). Es un lugar muy conocido, ya que es uno de los primeros lugares de España donde se encontraron trilobites del Cámbrico y sigue siendo un lugar clásico del estudio de estos artrópodos. Al parecer los cristales provienen de un afloramiento situado aguas arriba de los yacimientos

REFERENCIAS

Calvo, M. 2008. Minerales de Aragón. Ed. Prames, 453pp /  Charpentier (1823)


Lugares donde se ha citado este mineral

Ibón del Bachimala